sábado, 24 de noviembre de 2018

DESARROLLO


Como dijimos, tuvimos la oportunidad de estar delante de dos aulas, 5° 3° y 5°5°, esto nos ha permitido enriquecer aún más nuestras prácticas, como era de esperar, no sólo por el hecho de tener que tratar con dos cursos sino también porque esto exigía aún más de nosotros. Pero ¿cómo ha empezado este trayecto?


Elección de la materia a enseñar
En el proceso de “elección” de la materia que nos competería en este trayecto, y elegir entre comillas porque más que una elección nos quedamos con ella casi por descarte del resto de nuestros compañeros, nos correspondió la asignatura Sistema de Información Contable. A pesar de ser una materia dura, como manifestábamos la mayoría de los estudiantes de economía, al finalizar las horas de las prácticas en las aulas, podemos decir que esto no era tan así, y que nos ha servido mucho para poder entenderla en mayor profundidad.
Ambientación a la escuela y los cursos
Entrada al territorio
Como mencionan Frigerio, Poggi y Tiramonti en Las instituciones educativas, Cara y ceca, las observaciones realizadas como dispositivo de trabajo antes de arrancar efectivamente con la residencia han sido fundamentales para nuestra preparación en la entrada a las aulas. Las mismas nos han permitido recolectar información sobre las dinámicas de los cursos, conocer a sus integrantes e ir preparándonos para afrontar en las próximas semanas lo que sería la conducción por esos tres meses de estas aulas.
Es así que en este proceso de “ambientación”, de algún modo, pudimos apreciar las diferencias existentes entre los cursos, que iba desde el lugar físico del aula, uno más pequeño que el otro, hasta el comportamiento de los alumnos. Con respecto a esto último que señalamos, pero sin dejar de lado otros factores, es lo que manifiesta al respecto Zarzar Charur en su trabajo de “Dinámica de los grupos de aprendizaje”, trabajado en las horas de “Práctica Docente III”, refiriéndose a lo que pasa en el interior del grupo a lo largo del interactuar de las personas que forman parte de él.
Otra diferencia que apreciamos entre estos dos cursos fue lo relacionado al aprendizaje de los contenidos, y esto el profesor a cargo de la materia en el aula hizo hincapié en que lo supiéramos, nos referimos a que un grupo iba más rápido con los contenidos que el otro. Así que el profesor nos anticipaba eso, “tienen que estar atentos a eso”. Y esto ocurría contrariamente a lo que podíamos esperar , como nos mencionaba las dinámicas grupales, donde quizá el grupo más inquieto, eran los que iban más rápido con los contenidos. Pero con esto no quiero decir que un curso manifieste un comportamiento malo, simplemente queremos destacar la riqueza de las prácticas sobre todo por experimentar estar delante de dos cursos.
El momento ha llegado, hora de arrancar con la enseñanza en el aula
Y el momento llegó. Una vez finalizadas las vacaciones de julio, debíamos arrancar con nuestra primer clase. En particular, acá debíamos desarrollar el famoso “contrato pedagógico”, y antes de planificar la secuencia didáctica se me venía a la mente esos largos dictados que los profesores nos hacían en la secundaria, donde estipulaban esas especies de normas de convivencia en el aula entre el docente y los alumnos. Ahora nos tocaba a nosotros establecer esas pautas, y fue entonces cuando tomamos real dimensión de la importancia que tiene un instrumento así para trabajar en el salón de clases, porque éramos nosotros los que estaríamos interactuando con los alumnos, y como pasaríamos a tomar el papel de coordinadores de la enseñanza, aunque aún en proceso, como futuros formadores también tomaba mayor dimensión. Así que ahora sí, luego de las observaciones de clases, venía lo riguroso de la Residencia, la planificación de las secuencias didácticas. Creo que, al principio, nos costó mucho empezar a realizar esas secuencias didácticas porque era nuevo para nosotros, a lo largo de las anteriores prácticas no habíamos realizado casi esas actividades, entonces costaba arrancar y no fue hasta la tercera secuencia didáctica que nos empezamos a sentir cómodos a la hora de elaborar las guías de clases. Esto cambió en el momento que empezamos a desenvolvernos en el aula, ya que a partir de ahí tomamos noción de muchos elementos de la clase, de tiempos, de espacios, de actitudes de los alumnos, y entonces pudimos ver con más claridad cómo encarar los diferentes contenidos de una secuencia.


Primer día de clases: mezcla de ansiedad y nervios
A pesar de que los alumnos ya nos conocían, pues habíamos realizado las observaciones de clases anteriormente en sus aulas, este proceso fue desde un lugar pasivo, y como no podría ser de otra manera, nos inundó los sentimientos de ansiedad y nervios en todo momento antes de presentarnos frente al aula como “los profes que van a estar a cargo a partir de ahora”, en palabras del profesor a cargo de las horas de la materia. Pero nos sentíamos confiados, y convencidos de que nos iba a ir bien arrancamos con nuestra planificación de clases.
Así es que aprovechamos la amplia hora para conocer a los alumnos, y mediante la presentación de cada uno de ellos, fuimos rompiendo el hielo. Al principio no entendían bien nuestra propuesta de actividad de contrato, pero al correr de la hora y al ir destacando la importancia del mismo, pudimos finalizar nuestra primer clase. Con algunos detalles por ajustar, como llegar con la actividad en el tiempo estipulado, evitando así algunos vacíos de espacios. Pero luego de haber finalizado nuestras primeras dos clases, nos sentíamos seguros para enfrentar a las siguientes, ya no tanto con los nervios y satisfechos en gran parte porque habíamos superado la ansiedad, nos sentimos cómodos dentro del aula, como también los chicos hacia nosotros.
Superada la
Con el desarrollo de las clases fuimos viendo que los chicos se sentían motivados  por las actividades que proponíamos con respecto a los contenidos de la materia, en ese aspecto no tuvimos inconvenientes. Lo que nos costó un poco, sobretodo en las primeras clases, fue realizar el cierre de las actividades. Esto lo fuimos solucionando con el correr de los días, ya que al principio nos enfocábamos en que realizaran y terminaran los ejercicios que proponíamos, pero ante la atenta mirada del profesor en señalarnos en no obviar nunca este momento y las reiteraciones de nuestra profesora de Residencia en las horas de cursada, fuimos dándonos cuenta de la importancia de realizar el cierre, principalmente para ver si realmente logramos los propósitos que nos planteamos en los planes de clases y recoger información acerca del desempeño del grupo, tomando conciencia de los progresos, de los nuevos aprendizajes, tanto por parte de ellos como nosotros.
Y así fuimos ganando confianza con los alumnos y con el profesor.  A medida que se sucedían los días de clases, cada una significaban un nuevo aprendizaje para nosotros. Notamos que los alumnos les motivaba pasar a resolver las actividades en el pizarrón, así que no dudamos en plantearnos todas las clases a invitarlos a ellos a realizar las actividades en la pizarra.


Acerca de … la evaluación

Evaluación
movimientos alumnos

relacion alumnos

narrativa

DESARROLLO


Como dijimos, tuvimos la oportunidad de estar delante de dos aulas, 5° 3° y 5°5°, esto nos ha permitido enriquecer aún más nuestras prácticas, como era de esperar, no sólo por el hecho de tener que tratar con dos cursos sino también porque esto exigía aún más de nosotros. Pero ¿cómo ha empezado este trayecto?


Elección de la materia a enseñar
En el proceso de “elección” de la materia que nos competería en este trayecto, y elegir entre comillas porque más que una elección nos quedamos con ella casi por descarte del resto de nuestros compañeros, nos correspondió la asignatura Sistema de Información Contable. A pesar de ser una materia dura, como manifestábamos la mayoría de los estudiantes de economía, al finalizar las horas de las prácticas en las aulas, podemos decir que esto no era tan así, y que nos ha servido mucho para poder entenderla en mayor profundidad.
Ambientación a la escuela y los cursos
Entrada al territorio
Como mencionan Frigerio, Poggi y Tiramonti en Las instituciones educativas, Cara y ceca, las observaciones realizadas como dispositivo de trabajo antes de arrancar efectivamente con la residencia han sido fundamentales para nuestra preparación en la entrada a las aulas. Las mismas nos han permitido recolectar información sobre las dinámicas de los cursos, conocer a sus integrantes e ir preparándonos para afrontar en las próximas semanas lo que sería la conducción por esos tres meses de estas aulas.
Es así que en este proceso de “ambientación”, de algún modo, pudimos apreciar las diferencias existentes entre los cursos, que iba desde el lugar físico del aula, uno más pequeño que el otro, hasta el comportamiento de los alumnos. Con respecto a esto último que señalamos, pero sin dejar de lado otros factores, es lo que manifiesta al respecto Zarzar Charur en su trabajo de “Dinámica de los grupos de aprendizaje”, trabajado en las horas de “Práctica Docente III”, refiriéndose a lo que pasa en el interior del grupo a lo largo del interactuar de las personas que forman parte de él.
Otra diferencia que apreciamos entre estos dos cursos fue lo relacionado al aprendizaje de los contenidos, y esto el profesor a cargo de la materia en el aula hizo hincapié en que lo supiéramos, nos referimos a que un grupo iba más rápido con los contenidos que el otro. Así que el profesor nos anticipaba eso, “tienen que estar atentos a eso”. Y esto ocurría contrariamente a lo que podíamos esperar , como nos mencionaba las dinámicas grupales, donde quizá el grupo más inquieto, eran los que iban más rápido con los contenidos. Pero con esto no quiero decir que un curso manifieste un comportamiento malo, simplemente queremos destacar la riqueza de las prácticas sobre todo por experimentar estar delante de dos cursos.
El momento ha llegado, hora de arrancar con la enseñanza en el aula
Y el momento llegó. Una vez finalizadas las vacaciones de julio, debíamos arrancar con nuestra primer clase. En particular, acá debíamos desarrollar el famoso “contrato pedagógico”, y antes de planificar la secuencia didáctica se me venía a la mente esos largos dictados que los profesores nos hacían en la secundaria, donde estipulaban esas especies de normas de convivencia en el aula entre el docente y los alumnos. Ahora nos tocaba a nosotros establecer esas pautas, y fue entonces cuando tomamos real dimensión de la importancia que tiene un instrumento así para trabajar en el salón de clases, porque éramos nosotros los que estaríamos interactuando con los alumnos, y como pasaríamos a tomar el papel de coordinadores de la enseñanza, aunque aún en proceso, como futuros formadores también tomaba mayor dimensión. Así que ahora sí, luego de las observaciones de clases, venía lo riguroso de la Residencia, la planificación de las secuencias didácticas. Creo que, al principio, nos costó mucho empezar a realizar esas secuencias didácticas porque era nuevo para nosotros, a lo largo de las anteriores prácticas no habíamos realizado casi esas actividades, entonces costaba arrancar y no fue hasta la tercera secuencia didáctica que nos empezamos a sentir cómodos a la hora de elaborar las guías de clases. Esto cambió en el momento que empezamos a desenvolvernos en el aula, ya que a partir de ahí tomamos noción de muchos elementos de la clase, de tiempos, de espacios, de actitudes de los alumnos, y entonces pudimos ver con más claridad cómo encarar los diferentes contenidos de una secuencia.


Primer día de clases: mezcla de ansiedad y nervios
A pesar de que los alumnos ya nos conocían, pues habíamos realizado las observaciones de clases anteriormente en sus aulas, este proceso fue desde un lugar pasivo, y como no podría ser de otra manera, nos inundó los sentimientos de ansiedad y nervios en todo momento antes de presentarnos frente al aula como “los profes que van a estar a cargo a partir de ahora”, en palabras del profesor a cargo de las horas de la materia. Pero nos sentíamos confiados, y convencidos de que nos iba a ir bien arrancamos con nuestra planificación de clases.
Así es que aprovechamos la amplia hora para conocer a los alumnos, y mediante la presentación de cada uno de ellos, fuimos rompiendo el hielo. Al principio no entendían bien nuestra propuesta de actividad de contrato, pero al correr de la hora y al ir destacando la importancia del mismo, pudimos finalizar nuestra primer clase. Con algunos detalles por ajustar, como llegar con la actividad en el tiempo estipulado, evitando así algunos vacíos de espacios. Pero luego de haber finalizado nuestras primeras dos clases, nos sentíamos seguros para enfrentar a las siguientes, ya no tanto con los nervios y satisfechos en gran parte porque habíamos superado la ansiedad, nos sentimos cómodos dentro del aula, como también los chicos hacia nosotros.
Superada la
Con el desarrollo de las clases fuimos viendo que los chicos se sentían motivados  por las actividades que proponíamos con respecto a los contenidos de la materia, en ese aspecto no tuvimos inconvenientes. Lo que nos costó un poco, sobretodo en las primeras clases, fue realizar el cierre de las actividades. Esto lo fuimos solucionando con el correr de los días, ya que al principio nos enfocábamos en que realizaran y terminaran los ejercicios que proponíamos, pero ante la atenta mirada del profesor en señalarnos en no obviar nunca este momento y las reiteraciones de nuestra profesora de Residencia en las horas de cursada, fuimos dándonos cuenta de la importancia de realizar el cierre, principalmente para ver si realmente logramos los propósitos que nos planteamos en los planes de clases y recoger información acerca del desempeño del grupo, tomando conciencia de los progresos, de los nuevos aprendizajes, tanto por parte de ellos como nosotros.
Y así fuimos ganando confianza con los alumnos y con el profesor.  A medida que se sucedían los días de clases, cada una significaban un nuevo aprendizaje para nosotros. Notamos que los alumnos les motivaba pasar a resolver las actividades en el pizarrón, así que no dudamos en plantearnos todas las clases a invitarlos a ellos a realizar las actividades en la pizarra.


Acerca de … la evaluación



Evaluación
movimientos alumnos

relación alumnos